¿Que cómo se nos ocurrió...? pues solo hizo falta visitar el lugar de la celebración: El Cortijillo (en Cantillana, Sevilla), un lugar maravilloso que nos abría multitud de opciones decorativas, pero hubo un detalle allí que fue el que nos dio la clave: una gran portera de madera roja, que nos recordó a los famosos graneros de las películas americanas y que encendió la bombillita de la inspiración...el resto fue surgiendo solo. Para esta Comunión en la Granja nos llevamos El Carrino de Catalín que lució así de bonito con nuestros dispensadores de limonadas:

Si te fijas, para esta ocasión elegimos algunos detalles como las regaderas de latón, los girasoles o los manteles de cuadros vichy que se repiten en los diferentes rincones. Así quedó el cartel indicador de bienvenida junto a los regalitos para invitados.
Pero si hay un rincón que dejó a los asistentes con la boca abierta ese fue el Seating Plan (protocolo de mesa). Sabemos que en toda granja no puede faltar un huertecito, y nuestra Comunión en la Granja no podía ser menos. Identificamos las mesas de los invitados con verduras que, gracias a su precioso colorido nos regalaron este bodegón tan pintoresco:
Estamos muy contentas con el resultado de esta comunión, y si de algo estamos convencidas es de que esto no hubiese sido posible sin la confianza que Asunción depositó en nosotras. Nos dio carta blanca para hacer y deshacer a nuestras anchas, y nosotras dejamos volar nuestra imaginación. Teníamos que preparar algo a la altura de un evento tan especial en el que sus tres hijos celebraban su primera comunión. Sí, has leído bien, tres: Asunción, Pedro y Ángela tuvieron la oportunidad de celebrar juntos ese día tan bonito. ¡Eso sí! cada uno tuvo su propia mesa decorada para divertirse junto a sus amigos. A todos ellos les esperaban en sus asientos unas cajas sorpresa llenas de regalitos y una galletita decorada que Asunción quiso regalar a todos los invitados.
Una vez comidos (y muy rebien) toca endulzar el paladar. Esta vez la Candy Bar se convirtió en un verde jardín lleno de setas, fresitas, pollitos y tres tartas espectaculares (claro, porque cada niño tenía que tener una, diseñada a su gusto). Para ello hicimos el encargo a nuestra artista de la repostería favorita: Carmen, la artífice de De un Bocado.
Carmen, como siempre, no defraudó. No es sólo lo bonitas que son sus galletas y tartas...¡es que encima estaban de muerte!

ME ENCANTAAAAA! Sois muy grandes
ResponderEliminarMuchísimas gracias Alma, besitos.
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